América Latina y su larga lista de adquisiciones pendientes 2024 – 2030

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(Parte 1)

*Mike Pizarro

“Si tu enemigo está seguro con todos sus recursos militares, prepárate para él. Su ataque es inminente. Si el agresor tiene una fuerza superior, evítalo. Si tu oponente es temperamental, busca irritarlo para que pierda su balance. Finge ser débil para que tu enemigo se embriague de arrogancia y cometa errores. Si está tranquilo y sereno, acósalo, no le des descanso. Si sus fuerzas están unidas y consolidadas, dispérsalas y destrúyelas por separado. Si el líder y sus súbditos están de acuerdo, genera profundas divisiones internas entre ellos. Atácalo con velocidad y violencia donde no esté preparado y lleva el puño de tus fuerzas exactamente donde no te esperan.”

Sun Tzu, El Arte de la Guerra

Miami, EE.UU.- Tras más de 40 años de negligencia y abandono por parte de todos los gobiernos que habían pasado por la Casa Rosada, Argentina finalmente ha comenzado el tan esperado proceso de reequipamiento y modernización de sus Fuerzas Armadas. La reciente compra de una completa flota de cazabombarderos F-16 representa el inicio de una nueva etapa y da la señal de partida para que el resto de los países de la región tomen conciencia del supremo atraso tecnológico en que se encuentran sus Fuerzas Armadas y comiencen a equiparlas para enfrentar las consecuencias de los conflictos —lejanos y cercanos— que ya son plenamente visibles en el horizonte inmediato. 

El constante incremento del número de países y territorios que están siendo afectados por las guerras en Europa del Este —y la posibilidad qué se abran al menos dos nuevos frentes mundiales en los próximos meses— han estimulado la mayor reactivación de fábricas de armamento europeas en los últimos 100 años. Hoy en día todos los países miembros de la OTAN están revitalizando la fabricación nacional de algún tipo de sistema de armas y simultáneamente sus gobiernos han decidido asignar masivos presupuestos para la adquisición de aeronaves de caza y ataque, fragatas, submarinos, nuevas flotas de vehículos de combate terrestres, renovación de armamento táctico y han definido como urgente la compra de municiones para sostener el veloz equipamiento de sus fuerzas regulares.  También —pensando en posibles escenarios de escasez— los miembros de la OTAN están acumulando masivos pertrechos para sus fuerzas de reserva. Europa no hace otra cosa más que tomar las lógicas precauciones que exigen la historia y el sentido común.

Todo esto ocurre al mismo tiempo en que vemos la inesperada expansión del conflicto en el Medio Oriente sumado a la inminente amenaza de invasión China sobre la isla de Taiwán. La activación simultánea de tres frentes de guerra en tres continentes genera pronósticos catastróficos inmediatos para las economías de Europa, Medio Oriente y Asia y es precisamente por ese motivo —por ese nivel de urgencia— que sus procesos de compra de armamento ya no están sujetos a discusiones políticas de bajo nivel ni a eternas o complejas disputas o debates partidistas. Por el contrario, estamos siendo testigos de la autorización casi instantánea en toda Europa para asignar masivos presupuestos de defensa y así activar órdenes de compra multimillonarias en cosa de semanas, y eso es nuevo.

No existe otra versión distinta en esta historia en donde, a partir del momento en que CNN inicie la transmisión en vivo mostrando la destrucción de bases militares en Taiwán, Australia, Japón y Corea del Sur a manos de enjambres de misiles chinos, en donde la economía del planeta no se vea golpeada inmediatamente de forma profunda y por al menos una década. De todos los posibles escenarios de conflicto por lejos el más catastrófico será el comienzo de una guerra en Asia —en la cual China terminará enfrentando a prácticamente todas las fuerzas aéreas y navales de la región—  el  que gatillará un desastre económico de nivel planetario al sacar por completo al gigante asiático de todas las rutas asociadas al comercio marítimo (ej: líneas oceánicas estratégicas de suministros energéticos, industriales y agrícolas) provocando la inevitable y casi instantánea desaparición de las relaciones comerciales que mantiene con América Latina. Sin la llegada de centenares de gigantescos buques de carga Chinos, esos que arriban diariamente a nuestras costas en América Latina a comprar nuestras materias primas o a desembarcar productos chinos que son esenciales para nuestras industrias… la estabilidad de la relación comercial se muere ese mismo día.

¿Por qué una guerra en el Asia Pacifico es sinónimo de conflictos bélicos en América Latina?

Actualmente todos y cada uno de los países latinoamericanos compran millones de productos manufacturados en China y simultáneamente venden billones de dólares en materias primas a una nación con más de 1,200 millones de seres humanos que exporta —pues no lo tiene— el 70% de sus alimentos y casi el 82% de su gas y petróleo desde lugares tan lejanos y diversos como Arabia Saudita ubicada a 10,000 kilómetros o 18 días de navegación.

La idea de que China podría proteger esas frágiles e indefensas rutas marítimas de suministros representadas por 7,826 buques de carga y transporte sin escolta —en océanos abiertamente hostiles a naves comerciales con bandera China durante un periodo de conflicto armado a gran escala— pues es sencillamente un absurdo que no resiste análisis alguno. En caso de guerra lo único que los enemigos de China tienen que hacer es establecer un bloqueo naval (mucho más allá de la zona de operaciones de la marina de guerra china) y comenzar a capturar, hundir o saquear el 1% de los buques de carga con alimentos destinados a esa nación (o 78 tanqueros hundidos al día). Acto seguido el 99% de las empresas navieras de carga y transporte se retiran de la zona en conflicto y niegan -no solo el empleo y contratación de buques con bandera china- sino también prohíben todos los seguros (pólizas de protección que brindan reembolsos por pérdida o daños a buques y su valiosa carga) a tanqueros y buques de carga bajo el control de empresas chinas. Con esas restricciones de navegación, China deja de existir como un estado nacional, unitario y centralizado en menos de 180 días. Para muestra un botón:

El 70% de los bienes enviados desde América Latina a China se componen de cinco productos principales que incluyen soja, petróleo crudo, cobre, carne y litio. El 90% de estos bienes provienen de solo cinco países: Brasil, Chile, Perú, Venezuela y Argentina o $200 billones de dólares que dejarán de llegar a estos cinco gobiernos sudamericanos de un momento a otro. 

En resumen, la desaparición casi instantánea de todas las empresas, corporaciones, asociaciones de inversión, organizaciones comerciales y clientes chinos en América Latina provocará carencias, pobreza, fricción, hambrunas y una cascada de conflictos en toda América Latina. El golpe en la cara lo recibirán todas las naciones de América Latina y el Caribe. Sin excepción. Nuestros gobiernos no solamente dejarán de recibir cientos de billones de dólares en sus economías, sino también —y por al menos una década— no  volveremos a tener un fácil acceso a maquinaria industrial a bajo costo para trabajar nuestros campos ni a los sistemas tecnológicos necesarios (lo repito, a bajo precio) para mantener en funcionamiento nuestras industrias químicas, mineras, agrícolas, petroleras, equipos médicos, tractores, repuestos críticos para millones de vehículos privados y comerciales, artículos eléctricos, componentes esenciales para computadoras, etc. El apagón será total, veloz y violento. Las carencias serán extremas y los problemas derivados de semejante ausencia de recursos económicos nos llevará al rápido fracaso de la diplomacia y directamente al conflicto armado.

La industria de defensa Latinoamérica

Considerando que —con ejemplos muy aislados, puntuales, llenos de excepciones, y que por su reducido tamaño no generan impacto regional alguno— podemos afirmar con bastante certeza que América Latina es una región del planeta que no fabrica aviones de ataque supersónicos, ni cazabombarderos, ni helicópteros de combate, no diseña ni fabrica fragatas misileras o destructores, tanques pesados, misiles antibuque o radares avanzados de alerta temprana. Es más, lo poco que se ha hecho no lo ha comprado nadie en el mercado internacional, ni siquiera países africanos o naciones caribeñas desesperadas o empobrecidas. “Fabricado en América del Sur” no les mueve la aguja a muchos clientes.

La orfandad industrial en nuestra región es tan grande que ni siquiera existe la capacidad de fabricar munición de fusiles, pistolas o granadas a gran escala. Ninguna de nuestras fábricas posee el adecuado número de instalaciones, el tamaño industrial, la experiencia de producción a gran escala o el nivel tecnológico suficiente para alcanzar al menos el más básico nivel de autosuficiencia. Nada. La situación de hecho es tan crítica que incluso naciones como Colombia y Chile que solían fabricar minúsculos números de fusiles Galil con tecnología israelí paralizaron sus fábricas hace algunos meses al recibir sanciones desde Tel Aviv quedando sus líneas de fabricación de armamento —esos que producían bajo licencia IWI— congeladas por la falta de partes, piezas y repuestos críticos como por ejemplo… el cañón del arma, y sin cañones de repuesto para los fusiles de asalto de un ejército colombiano de 350,000 hombres en combate… pues, en fin.

Para efectos de este análisis nos enfocaremos en las siete naciones que —anualmente— adquieren el mayor número de sistemas de armas en la región y las que simultáneamente poseen los presupuestos más altos de defensa preocupándonos de detallar única y exclusivamente lo que —en nuestra opinión— constituyen las necesidades más urgentes para sus fuerzas aéreas, navales y terrestres incluyendo sus agencias de seguridad nacional. Se entiende que por razones de espacio y extensión no podremos mencionar en profundidad las urgentes necesidades regionales por una amplia variedad de sistemas tácticos como radios, uniformes, fusiles, programas de entrenamiento especifico, C4ISR, etc., los cuales quizás serán nombrados, pero sin poder entrar en detalles contractuales relevantes o especificaciones técnicas profundas que nos alejarían del tema esencial de este artículo.

Brasil:

Contrario a la creencia popular, la Fuerza Aérea de Brasil —con un puñado de anticuados cazas F-5 con más de 53 años de uso— posee una fuerza de caza y ataque muy reducida e incapaz de cumplir su misión si tuviera que enfrentarse este fin de semana a 20 cazabombarderos Sukhoi-30 MK2 apoyados por una segunda oleada de 15 cazabombarderos F-16A/B. Me explico: del contrato original firmado con SAAB por 40 cazabombarderos Gripen F-39, por los cuales pagó más de USD$5 billones de dólares, la Fuerza Aérea brasilera sólo recibió seis —y de estos— sólo cuatro aeronaves se encuentran en condiciones de vuelo con limitados repuestos. De todas ellas, solamente una se encuentra con algún tipo de misiles abordo. ¿Alarmado? Espere los demás detalles pues esas eran las buenas noticias. ¿La malas? La entrega de las otras 34 aeronaves (las que de hecho ni siquiera existen porque aún no han sido fabricadas en Europa o en Brasil) se mantienen con una fecha de entrega futura… aún sin definir. Para efectos prácticos, en caso de un conflicto armado en enero del 2025, Brasil no alcanza a poner en el aire a más de dos aviones modernos (esos que se conocen como de 4ta generación) para defender el espacio aéreo de una de las naciones más grandes del planeta tierra. Dos aviones… no los 40 modernos cazabombarderos “cero kilómetros” prometidos hace más de una década. ¿La solución intermedia? Brasil debe adquirir —con la mayor urgencia posible— una completa flota de cazabombarderos modernos de segunda mano a cualquier país occidental que esté en condiciones de proporcionar esas aeronaves en menos de 18 meses.

La Fuerza Aérea brasilera posee los recursos financieros, la tecnología, la experiencia industrial y operacional para adquirir todas esas aeronaves y simultáneamente capacitar a sus pilotos para combatir a bordo de ellas en menos de dos años una vez esas aeronaves sean desplegadas en territorio brasilero y se activen las respectivas líneas de soporte técnico, instalaciones logísticas y líneas de armamento. No esta demás también mencionar que los misiles aire-aire (BVR) de largo y corto alcance, sumados a la amplia variedad de bombas inteligentes necesarias para equipar a una moderna flota de 40+ cazabombarderos con la misión de proteger 16,000 kilómetros de frontera común con 10 naciones, sencillamente no existen en la cantidad necesaria para cumplir esa misión. Si bien es cierto el presupuesto está disponible para adquirir todos estos sistemas de armas, no está claro quienes podrían ser los proveedores capaces de fabricar o entregar en los próximos 18 meses y sostener –sin dramas ni excusas- la vida operativa de esos centenares de misiles que insisto… aún no existen ni han sido adquiridos por la Fuerza Aérea brasilera. ¿Pronostico? La evidente desaparición del gigante brasilero -como árbitro regional y actor estabilizador- es garantía de conflictos bélicos en una América Latina sin líderes constructivos, sacudida simultáneamente por un tóxico cocktail de dictadores caribeños bien armados, líderes democráticos débiles e ineptos, Presidentes corruptos saqueando sin vergüenza alguna, carencias y miserias económicas que prometen tener características bíblicas, y una creciente acumulación de conflictos regionales de carácter militar en indiscutible aumento.

Ejército brasilero:

A partir del año 2009 el ejército comenzó la compra masiva de casi 250 tanques principales de batalla (MBT) modelo Leopard 1A5BR dados de baja recientemente en Alemania. Lamentablemente la compra nunca contó con el soporte de un robusto y bien diseñado plan de modernización y sostenimiento de esa gigantesca flota de vehículos blindados de segunda mano. ¿Qué pasó? Hace unos meses y como consecuencia de profundas diferencias políticas el gobierno alemán decidió sancionar con severidad a la administración del presidente Lula suspendiendo la entrega de partes, piezas y repuestos críticos que eran necesarios y esenciales para materializar el proceso de modernización y el mantenimiento de todos esos carros de combate. Al día de hoy y para efectos prácticos -de un total original de más de 250 tanques Leopard 1A5BR- menos de una veintena se encuentran en condiciones de combatir en un campo de batalla moderno pues carecen de computadoras balísticas para la estabilización de tiro, no han actualizado sus sistemas optrónicos, no poseen visión nocturna, ni aire acondicionado, ni cuentan con sistemas de extinción de incendios, etc.

De nuevo, solo 20 tanques operativos de un total de 250 para proteger a una nación del tamaño de Europa occidental. Asimismo, la necesaria dotación mínima de munición de 40 proyectiles para cada uno de esos 250 tanques (o 300,000 proyectiles 105mm ya fabricados y debidamente almacenados) para que el ejército al menos pueda combatir por 30 días, sencillamente no existe ni tampoco se encuentra en producción a escala. Para dar una rápida solución a este urgente programa de modernización podemos pensar en prestigiosas empresas turcas, españolas, australianas, canadienses y surcoreanas quienes cuentan con amplia experiencia industrial y tecnológica en complejos programas de upgrade y repotenciación específicamente orientados en este tipo de carros principales de combate.

En el anverso, es del todo prudente mencionar que el ejército brasilero no cuenta con ningún sistema de defensa contra drones de ataque comerciales armados con explosivos y diseñados para destruir el motor, las orugas o simplemente ingresar por las escotillas abiertas y detonar al interior del blindado. La vulnerabilidad de todas las formaciones blindadas –incluyendo unidades de infantería mecanizada– y su incapacidad para defenderse contra el ataque de enjambres de drones es extrema. Prueba de esto es la ausencia de manuales, doctrina de empleo o programas de entrenamiento en terreno para enfrentar y derrotar en combate el ataque de un enjambre de pequeños drones lanzados por infantería adversaria a tan solo dos o tres kilómetros de distancia. Dinamarca y Estados Unidos son algunos de los países en condiciones –en estos momentos- de dar una solución inmediata a esta vulnerabilidad crítica.  Si bien es cierto el ejército anuncio el día 6 de agosto la autorización formal de gastar $5.3 billones de dólares para comprar cientos de nuevos tanques (MBTs) y vehículos de transporte de infantería, la verdad es que ningún país de la OTAN puede venderles nada en estos momentos, ni una tuerca. Toda la producción de tanques de la alianza europea está 100% orientada a la defensa de Europa. Los militares brasileros y todo su dinero llegaron tarde, demasiado tarde.

Marina de guerra:

Al sumar las necesidades combinadas del Ejército Nacional, la Infantería de Marina, el Comando de Operaciones Especiales de la Armada, la Policía Federal y la Guardia Costera, es fácil concluir que se requieren de más de 200+ lanchas rápidas artilladas — en una amplia gama de versiones y modelos distintos— para cumplir funciones de combate costero, protección de la zona económica exclusiva, operaciones de combate en ríos y jungla, lucha antiterrorista en selva y protección de zonas críticas como puertos, bases navales y plataformas petroleras vitales para la economía nacional. En el muy probable evento de un conflicto bélico en las fronteras de Venezuela, Guyana o durante las operaciones diarias de combate contra las FARC / ELN en la frontera con Colombia, la única forma de mover y abastecer tropas en el Amazonas desde el nivel pelotón, compañía de fusileros hasta el nivel batallón, regimientos y brigadas es a través de ríos. No existe otra opción. Igualmente, también debemos considerar la posibilidad de la aparición sorpresiva e instantánea de piratería en el mar del Caribe. Este nuevo escenario se está incrementando a una velocidad vertiginosa y pondrá en riesgo a la totalidad de los “jugosos” buques de carga internacionales que navegan por esas aguas -completamente desprotegidos- con valiosas cargas que están valoradas en promedio entre $200 y $300 millones de dólares por buque. (Esto es sin considerar el valor que también deberá pagar la empresa naviera para recuperar el barco intacto y su tripulación con vida.)

Colombia 

Fuerza Aérea: producto de una postura política crítica del gobierno del Presidente Gustavo Petro, respecto de la forma como el gobierno israelí está llevando adelante su guerra en territorio palestino, el gobierno de Benjamín Netanyahu finalmente terminó sancionando con dureza a Colombia suspendiendo por completo la entrega de soporte técnico, repuestos críticos, partes y piezas, venta de armamentos y asistencia especializada para mantener en vuelo a la totalidad de los cazabombarderos Kafir colombianos. Al día 1 de agosto y tras meses de abandono y asfixia logística ninguno de ellos se encuentra en condiciones de levantar el vuelo dejando a la totalidad del espacio aéreo Colombiano en la más completa indefensión y vulnerabilidad frente a cualquier tipo de incidente o incursión de cualquier tipo de aeronave de combate moderna de países vecinos o extracontinentales. Al momento de publicar este artículo la Fuerza Aérea Colombiana se encuentra en una situación incluso más extrema y delicada que la brasileña y debe adquirir —aún con mayor rapidez— al menos 24 cazabombarderos de segunda mano en países que también puedan entregar en meses los sistemas de sostenimiento logístico, planes de  modernización, entrenamiento, experiencia, doctrina de combate  y la instalación de armamentos avanzados capaces de detectar y derribar la flota de cazabombarderos Sukhoi rusos desplegados hace muchos años en Venezuela. (Turquía, Corea del Sur, Canadá y Emiratos aparecen como posibles proveedores para Colombia y Brasil).

Ahora bien, si también consideramos que Colombia carece casi por completo de modernos radares de vigilancia estratégica, no posee sistemas de misiles de defensa aérea de largo alcance (ni tampoco cuenta con aeronaves de alerta temprana, no posee sistemas avanzados de C4ISR o la tecnología para instalarlos en Colombia bajo un mando conjunto) y que todos estos programas dependían de contratos con empresas israelíes, entonces la sorpresiva cancelación de toda relación comercial entre Bogotá y Tel-Aviv libera los fondos del ministerio de defensa Colombiano para buscar esas capacidades y sistemas de defensa aérea en otras naciones aliadas en Europa, en los Estados Unidos, Asia o Medio Oriente.

En estos momentos -y por lejos- Colombia representa el mercado de mayor volumen, un elevado nivel de urgencia y posee una amplia variedad de fondos disponibles para la adquisición de sistemas de armas aéreos, navales y terrestres. La gravedad de las amenazas que enfrenta Colombia pone en riesgo la existencia misma de la nación en el evento de un posible enfrentamiento bélico materializado por la más que evidente posible invasión de la rica provincia de La Guajira por parte de un vecino inmensamente mejor equipado y ampliamente entrenado durante décadas por instructores rusos, militares chinos y asesores iraníes. Si a ello le sumamos la combinación fatal que representa el apoyo directo que podrían dar a las fuerzas invasoras los más de 25,000 guerrilleros FARC / ELN y los 18,000 miembros de los diversos cárteles de la droga (todos armados con modernos fusiles de asalto, drones de ataque, ametralladoras, granadas y miles de millones de dólares) las Fuerzas Armadas colombianas podrían verse cercadas –en menos de dos semanas- por al menos tres frentes de batalla de forma simultánea. La necesidad de miles de drones en sus versiones de ataque, reconocimiento, C4ISR, como también sistemas de detección y derribo de todo tipo de aeronaves no tripuladas en Colombia es masiva y solo comparable a las necesidades del mercado mexicano.

Infantería de Marina colombiana:

Con más de 53,000 efectivos, la Infantería de Marina colombiana es la fuerza anfibia occidental (experta en combate en ríos y selva) más grande del planeta detrás solo de los Estados Unidos. Con una reputación que destaca por su alto grado de profesionalismo, disciplina y efectividad en combate, la mayor parte de sus operaciones se llevan a cabo con medios de transporte fluviales -como lanchas rápidas artilladas- que cada año deben recibir nuevas unidades para reemplazar las destruidas en combate. Con el fin de incrementar su efectividad en batalla y modernizar sus procedimientos tácticos, actualmente la Infantería de Marina necesita de al menos 120 lanchas artilladas (y blindadas) específicamente diseñadas para complejas operaciones de combate en zonas costeras y de ríos.

La llegada de prestigiosas empresas dispuestas a fabricar estas avanzadas lanchas de combate en alianza con COTECMAR será una noticia muy bien recibida no solo por la Infantería de Marina, sino también por la Guardia Costera, la Armada Nacional, unidades de Fuerzas Especiales del Ejército y la Policía Nacional quienes también emplean esos medios para transportarse y combatir en la selva. Recordemos que el 80% de las operaciones de combate en Colombia se realizan en zonas selváticas cercanas a ríos, lagos, playas y zonas costeras, en consecuencia, la implementación de una moderna flota de poderosas lanchas de asalto equipadas con drones de reconocimiento y ataque, sistemas C4ISR, capacidad de transporte de Fuerzas Especiales y amplio poder de fuego podría fácilmente generar las economías de escala, la eficiencia en batalla, la interoperabilidad y el necesario empleo conjunto de la fuerza para hacer retroceder a las poderosas guerrillas colombianas que controlan inmensos territorios y en donde históricamente -cuando las Fuerzas Armadas han decidido utilizar helicópteros- solo han podido llegar con limitados medios, insuficiente poder de fuego y por escasos momentos.

Ejército de Colombia:

Con más de 361,000 efectivos, el Ejército Nacional de Colombia es la fuerza terrestre de habla hispana de mayor tamaño en el planeta, superando incluso a la suma total de todas las ramas de las Fuerzas Armadas de Brasil. Basta con saber leer un mapa e inmediatamente nos daremos cuenta de que, por el tipo de geografía (acceso a dos océanos) y la complejidad del terreno (selva, amazonas, ríos y cordones montañosos impasables) Colombia está constantemente expuesta a una amplia gama de amenazas que nacen de múltiples factores político-estratégicos que afectan su volátil entorno.

En términos de necesidades urgentes e inmediatas el ejército está pasando por un momento de vulnerabilidad crítica en donde todas sus unidades de primera línea están siendo bombardeadas desde el aire por decenas de drones lanza granadas que fácilmente detectan, persiguen y golpean -con letal certeza y eficacia- a las tropas prácticamente indefensas en el terreno. La francamente inexplicable ausencia de cualquier sistema anti-drone para proteger tropas, vehículos, aeropuertos y bases militares adelantadas, representa una oportunidad activa y urgente para empresas europeas y norteamericanas capaces de proporcionar una rápida solución. Tan grande es el nivel de amenaza de los drones bajo el control de los cárteles del narcotráfico y sus fuerzas guerrilleras que es del todo probable que -en las próximas semanas– estos grupos ilegales los utilicen para bombardear y destruir helicópteros posados en las pista de vuelo de Tolemaida (40+ helicópteros formados uno detrás de otro) y simultáneamente empleen drones pesados agrícolas (esos de ocho rotores) para estrellarlos contras las aspas de los helicópteros Blackhawk en maniobras de aterrizaje nocturno al acercarse a las bases aéreas de Río Negro, Tres Esquinas y Melgar. (Para evitar ser derribados los drones con explosivos ingresarían a las bases colombianas volando bajo la barriga de los helicópteros militares impidiendo que las armas anti-drone puedan disparar por temor de bloquear completamente los sistemas de vuelo de los helicópteros en aterrizaje nocturno.)

Su fuerza terrestre necesita con extrema urgencia de una robusta flota de al menos 144 tanques pesados (MBT) para proteger su frontera norte, así como también de 120 piezas de artillería autopropulsada M-109 (o sistemas equivalentes) sumados a varios regimientos de artillería con misiles antiaéreos que, en combinación con la también inexistente flota de 1,800 vehículos blindados 6×6 y 8×8 de transporte de infantería mecanizada, deben entregarle a un inmenso ejército de más de 361,000 hombres y 47 brigadas de infantería, la capacidad de maniobra y el poder de fuego necesarios para garantizar la victoria en el combate convencional frente a evidentes amenazas extranjeras que se materializarán durante esta misma década. El ejército colombiano, por su tamaño, experiencia en batalla y cercanía con los Estados Unidos y Europa es un aliado estratégico de vital importancia en América Latina, y una nación que debe contar con los mejores sistemas de armas para garantizar la estabilidad de la República y la libertad de su pueblo. La ausencia de todos estos sistemas de armas tan básicos y urgentes es sospechosa, y requiere de una mirada internacional de apoyo y soporte a su industria de defensa.

Armada Nacional

Recordemos que Colombia goza del estatus de aliado preferencial estratégico no miembro de la OTAN. Por su natural alianza militar y comercial con los Estados Unidos y con muchas naciones de Europa occidental, Colombia genera -como resultado de su cercanía geográfica- la necesaria seguridad y estabilidad en el mar caribe y en ambos costados del Canal de Panamá. Lamentablemente Colombia carece de una Marina de Guerra robusta, poderosa y moderna que le permita garantizar el dominio en sus zonas de operaciones en el océano pacífico o en el Mar Caribe. La Armada Nacional no posee destructores, ni fragatas misileras modernas, ni submarinos de ataque avanzados debidamente equipados y en condiciones de enfrentarse exitosamente con una marina de guerra moderna.

Asimismo, necesita de helicópteros pesados equipados con misiles antibuque pues en general carece de los medios de combate (sistemas ofensivos de última tecnología) recomendados para ejercer algún grado de disuasión creíble. Por el contrario, el diminuto y francamente inexplicable tamaño de su armada, la que solo posee el poder de combate de una sobre exigida guardia costera, solo genera el interés de agresores externos que saben podrían fácilmente operar en aguas territoriales colombianas sin enfrentar consecuencias de gran peso o costo en batalla. Considerando sus actuales inventarios es evidente la necesidad de adquirir al menos ocho modernas fragatas misileras de segunda mano con amplias capacidades antiaéreas y antisubmarinas, así como también la urgente creación de una fuerza aeronaval de 18 helicópteros pesados de ataque. (Opciones como el S-70B SeaHawk, o el Eurocopter AS532SC Cougar especialmente diseñados para la lucha antisubmarina y antibuque están fácilmente disponibles para Colombia.)

Chile

Fuerza Aérea

La política de defensa de la República de Chile requiere mantener constantemente un pie de fuerza capaz de enfrentar simultáneamente a tres naciones adversarias y derrotarlas decisivamente en aire, mar y tierra antes que estas fuerzas agresoras tengan la posibilidad de ingresar a territorio chileno. Esa política es conocida hace décadas al interior del Ministerio de Defensa como Hipótesis Vecinal 3 o HV3. La reciente adquisición de aviones F-16 por parte de Argentina rompe -desde el particular punto de vista de Santiago- el delicado balance estratégico lo cual obliga de forma inmediata a la adquisición de al menos 24 aeronaves adicionales F-16 modernizadas al nivel block 50.

Considerando las excelentes relaciones político-militares entre Chile y Turquía es previsible ver el inicio de conversaciones para la posible compra de 24 aeronaves al gobierno de Ankara antes del final de la presente década. Desde su reciente ingreso a América Latina, Turquía ha demostrado ser un aliado comercial serio, confiable y tecnológicamente muy superior, pero por sobre todo un socio estratégico que no teme buscar contratos de coproducción, transferencia tecnológica o el ensamble final de todos sus productos y sistemas de armas. Asimismo, es esperable en el periodo 2025–2026 la compra de una flota de al menos 12 a 36 vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV) de gran altitud y larga resistencia (HALE) fabricados por la empresa de defensa turca Baykar así como también la veloz puesta en órbita de nueve satélites FASat-Delta adicionales a los cuatro actualmente en el espacio. Con una flota o constelación de 13 satélites independientes la Fuerza Aérea de Chile (FACH) poseerá un nivel de resolución de 72 centímetros en literalmente todas las superficies terrestres y marítimas de interés para la defensa nacional.

Ejército de Chile

Es probable que durante los próximos 12 meses el gobierno de Chile sea “sancionado” por la actual administración de Benjamín Netanyahu en Israel. En términos prácticos esto significa que Chile podría perder más del 40% de sus proveedores de sistemas aéreos, terrestres, sistemas de armas de infantería, sistemas electrónicos, de telecomunicaciones, aeronaves no pilotadas, tecnologías satelitales y una larga lista de equipos tácticos, partes, piezas y repuestos críticos fabricados o distribuidos únicamente por empresas israelíes. En el anverso, la buena noticia es que el cuerpo de generales del ejército chileno ha tomado nota de esta grave y delicada situación. Por ende, es del todo predecible que estos altos oficiales han aprendido la lección y, en consecuencia, generarán planes de trabajo y líneas de sostenimiento y soporte logístico en donde nunca más la seguridad de sus pertrechos de combate descansará única y exclusivamente en la buena fe de un solo proveedor.

Desde ese punto de vista Chile se convierte en el segundo mercado de mayor tamaño en América Latina para las empresas europeas y norteamericanas dedicadas a la venta de todo tipo de sistemas de armas aéreas, navales y terrestres. Basta con dar una rápida mirada a la lista de los actuales proveedores israelíes para entender con rapidez quienes podrían ser los nuevos vendedores europeos que reemplacen a algunas de estas empresas. Países como España, Francia, Turquía, Australia y Alemania aparecen como primeros en las nuevas listas de proveedores robustos y con la capacidad industrial de entregar con rapidez aquellos equipos y pertrechos que son necesitados con mayor urgencia. En los próximos años es del todo probable que seremos testigos de un profundo giro en las políticas de adquisiciones de defensa de la República de Chile. Aplicar las lecciones aprendidas, adaptarse al cambio modernizando doctrinas y formatos de trabajo es un deber del alto mando para garantizar la seguridad de la República frente a las crecientes nuevas amenazas y complejos escenarios regionales. El ejército de Chile promete sorprender con nuevas adquisiciones para potenciar sus brigadas de infantería mecanizada, fortalecer su aviación de ejercito con helicópteros de ataque y acelerar los programas de modernización de sus poderosas formaciones blindadas .

Armada de Chile

La Marina de Guerra de la República de Chile es por lejos la fuerza de combate de superficie más poderosa, letal y tecnológicamente avanzada de toda América Latina. En términos de necesidades actuales e inmediatas podemos mencionar la fabricación en Chile (ASMAR) de cuatro buques de asalto anfibio, ocho fragatas misileras, la adquisición de un mayor número de helicópteros pesados antibuque, la renovación y compra masiva de misiles de largo alcance, y el despliegue de una nueva flota de 24 lanchas misileras fabricadas en el país con tecnología furtiva con alto poder de fuego y diseñadas para trabajar en directa cooperación con los regimientos de Infantería de Marina en la zona sur y extremo austral del país.

En términos de operaciones oceánicas es urgente la compra de dos submarinos de segunda mano para garantizar una superioridad de combate frente a evidentes amenazas navales en el horizonte cercano. La creciente retirada y ausencia de la marina de guerra de los Estados Unidos de las costas de América del Sur generará espacios de conflicto y fricción entre naciones de nuestro continente. Una fuerza naval y submarina moderna, multimisión, capaz de operar de forma autónoma a grandes distancias, equipada con tecnología de última generación y con un amplio poder de combate generará la tan necesitada disuasión y paz regional en el pacífico sur.

Infantería Marina

Los regimientos del Cuerpo de Infantería de Marina (CIM) requieren actualmente de un incremento relevante de su poder de fuego a través del empleo masivo de drones tácticos de reconocimiento (a nivel pelotón y compañía) y la adquisición de centenares de drones de ataque (sistema enjambre) para destruir todo tipo de objetivos (vehículos ligeros, nidos de ametralladoras y puestos de mando) una vez que desembarquen en costas adversarias. La infantería de Marina de Chile requiere también de nuevos y mejores sistemas de telecomunicaciones satelitales y del dramático incremento de su capacidad de movilidad terrestre todo terreno a través de la adquisición de una completa flota de 80 vehículos tácticos ligeros 4×4 (ATV) así como también de un incremento adicional de al menos 48 vehículos blindados LAV 8×8 equipados con torretas con cañones de 25mm. La llegada de cuatro nuevos buques de asalto anfibio (con capacidad de asalto vertical) producirá finalmente la tan buscada integración entre los medios de la armada de Chile, la brigada Anfibia Expedicionaria y las brigadas de infantería mecanizada del ejército.

Los programas y proyectos de las fuerzas armadas de México, Argentina, Ecuador y del Perú serán expuestos en el siguiente informe denominado Parte 2.

*Jose Miguel “Mike” Pizarro, ex oficial del Ejército de Chile, graduado de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE), analista de Defensa de CNN en Español, ex U.S. Marine y veterano de 4 años de la guerra en Irak. Ex oficial de artillería de montaña, comandante de tanques pesados M1A1 Abrams y ex asesor militar norteamericano en Colombia.

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