- El caza F-35A, diseñado y producido por Lockheed Martin, es la versión terrestre con despegue y aterrizaje convencional (CTOL) dentro de la familia F-35.
Seúl, Corea del Sur.- Se ha formalizado la adquisición de 20 unidades adicionales del caza F-35A de Estados Unidos, manufacturados por Lockheed Martin. Esta decisión estratégica responde al aumento de las tensiones militares en la península coreana, particularmente ante las amenazas emergentes de Corea del Norte. La confirmación de esta transacción fue realizada el 8 de diciembre, según un comunicado de prensa de la Agencia de Adquisiciones de Defensa (DAPA).
Los cazas F-35A, reconocidos por su avanzado radar y capacidades defensivas superiores, representan una significativa mejora para la flota aérea de Corea del Sur. Estas aeronaves se distinguen por su tecnología de punta, la cual incluye sistemas de guerra electrónica, reconocimiento y capacidades furtivas avanzadas. Su integración en la flota surcoreana no solo refuerza la defensa aérea del país, sino que también aumenta su capacidad de disuasión estratégica en la región. La entrega de estos cazas está programada para iniciar en 2027, ampliando así la flota existente, que previamente incluía 40 unidades del mismo modelo, adquiridas entre 2019 y 2022.
Este acuerdo se encuentra respaldado por la Agencia de Seguridad y Cooperación en Defensa (DSCA) de Estados Unidos, que en septiembre aprobó una venta potencial de hasta 25 cazas F-35A, junto con 26 aeronaves adicionales y elementos auxiliares, incluyendo munición y equipos de apoyo. La inversión total para esta adquisición se estima en aproximadamente 5.060 millones de dólares, marcando un hito en la cooperación militar y defensiva entre Corea del Sur y Estados Unidos. Este acuerdo también incluye la provisión del motor F-135-PW-100, elemento crucial para el rendimiento óptimo de los cazas.
El caza F-35A, diseñado y producido por Lockheed Martin, es la versión terrestre con despegue y aterrizaje convencional (CTOL) dentro de la familia F-35. Comparado con sus contrapartes, el F-35B y el F-35C, esta variante destaca por su configuración más ligera y compacta, lo que le otorga una ventaja en términos de agilidad y rendimiento en combate aéreo. Su capacidad para soportar fuerzas de hasta 9 g lo posiciona como el modelo más apto para maniobras de alta intensidad dentro de la serie F-35.
Además de sus cualidades furtivas y de combate, el F-35A posee un sistema de reabastecimiento aéreo mediante pluma y receptáculo, con la opción de adaptarse a un método de sonda y lanzadera, según los requerimientos operativos del usuario. Esta versatilidad lo hace adecuado para una amplia gama de misiones y contextos operativos. Un ejemplo de adaptación específica es la incorporación de un paracaídas de arrastre, como en el caso de la Real Fuerza Aérea Noruega, optimizando su desempeño en entornos y circunstancias particulares.
La introducción de estos cazas en la flota de Corea del Sur no solo representa un avance en términos de capacidades de defensa aérea, sino que también demuestra la versatilidad y adaptabilidad del F-35A a diferentes escenarios operativos. Este tipo de adquisiciones refleja una tendencia creciente en la modernización y fortalecimiento de las fuerzas aéreas a nivel mundial, donde el equilibrio entre tecnología avanzada y adaptabilidad táctica se vuelve cada vez más crucial.
La reciente adquisición de cazas F-35A por parte de Corea del Sur tiene implicaciones significativas tanto a nivel estratégico como técnico. Estratégicamente, esta adición a la flota aérea del país fortalece su posición en la península coreana, proporcionando una disuasión más robusta frente a potenciales amenazas regionales, en particular, las provenientes de Corea del Norte. La presencia de estos cazas avanzados en la región no solo mejora la capacidad de respuesta de Corea del Sur ante escenarios de conflicto, sino que también actúa como un factor de equilibrio en la dinámica de poder en el noreste asiático.
Desde un punto de vista técnico, el F-35A representa la vanguardia en tecnología de combate aéreo. Sus capacidades furtivas, junto con un avanzado sistema de sensores y radar, lo convierten en una plataforma formidable para operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Además, su versatilidad para integrar una amplia gama de armamentos y sistemas de guerra electrónica lo hace altamente efectivo en múltiples escenarios de combate. La integración de estos cazas en la fuerza aérea surcoreana no solo eleva su capacidad operativa, sino que también contribuye a la estandarización y modernización del arsenal aéreo del país.
Finalmente, esta adquisición refleja un compromiso continuo de Corea del Sur por mantener un nivel de preparación y capacidad de defensa acorde a los desafíos actuales y futuros. La introducción del F-35A en su arsenal aéreo es un claro indicativo de la búsqueda de superioridad tecnológica y operativa, un factor crucial en el mantenimiento de la estabilidad y seguridad en la región.